La salvación no se basa en nuestras obras o en cumplir reglas estrictas. Más bien, se trata de un regalo inmerecido que solo podemos recibir por fe.

La salvación no se basa en nuestras obras o en cumplir reglas estrictas. Más bien, se trata de un regalo inmerecido que solo podemos recibir por fe.
Al leer el libro de Rut, descubrimos que detrás de cada tragedia y cada bendición, Dios está obrando para traer esperanza, restauración y redención. Este libro nos recuerda que, aunque no siempre entendamos lo que está pasando en nuestras vidas, Dios tiene un propósito, y ese propósito siempre es para su gloria y nuestro bien.